MAYBE

A través de una ventana de hierro, observo cómo pasas inalcanzable, un sueño intangible, una frase impronunciable.

Solo observo y anhelo un distante deseo, necias mis palabras se rehusaron a viajar por el viento. Luego, volteaste hacia mí, como leyendo el pensamiento, y me enseñaste aún más motivos para creer sin titubeos.

Sin pronunciar palabra, llegaste, pero ¡ahora debes irte! Porque nunca debiste o porque ¡nunca estuviste!

Moribundo de ilusión por un recuerdo fantasma, dirijo mis pasos hacia tu sombra ausente, para buscar tu aroma perdido en el vacío que dejaste y recordarte una vez más, para no olvidar amarte.

Sumergido en el fondo de un sueño profundo, asfixiado por un beso irreal, imposible y absurdo, aquel beso que me mata, sustenta mi tesoro más preciado, mi más bonito recuerdo, a tu cuerpo encadenado.

Y si alguien me pregunta qué se siente morir bajo tus manos, le diría que es un sueño, dentro de una fantasía de colores impensados. Tanto de tu luz me ha dejado encandilado, me gustaría tomar el riesgo y tenerte por siempre hasta quedar cegado.

Y si alguien me pregunta qué se siente tu ausencia, le diría que es el yugo de un beso que nunca estuvo y que espero con paciencia. Que algunas veces recojo del aire tu olor, para recordar un sueño hermoso y esperarte sin temor a quedar ciego, moribundo o asfixiado, si es lo único que anhelo, soñar contigo, así no llegues, así nunca hayas estado.


23-12-2010
IVAN CASTRO



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