Se caen los brazos para no levantarse jamás
El inesperado final robó la poca reacción
Ahora auspicio la muerte con mi silencio permisivo
No llevara en su recuerdo la pena
Solo lanza la muerte el extremo de la cadena
Con forma de látigo golpea mis ojos
Y desangra mi alma con pena y olvido
Que absurda la vida cuando se tiene la muerte
Esperando tras zancadilla del destino
Inesperada tal vez violenta
Ocurre difusa sin tocar a la puerta
Donde estarán sus abrazos
Quien me protegerá de los malos
Por que son mis manos las que protegen
Y no las que mueren protagonistas en la lucha.
Oscuridad blandiendo su espada
Lacera mis pies en el sitio de batalla
Blanca carne ignorante de la muerte
Bajo su sombra vivimos, bajo su sombra para siempre
IVAN CASTRO
27-07-2009
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