Como cuchilla en la garganta
Impotente la palabra calla
Mis ojos no me miran
No soportan verme a la cara.
En su celda sombría festeja
La libertad de mis mentiras
Dejándome en la tiniebla del engaño
Que es alegría todavía.
Oscuridad insoportable,
Hiéreme ahora justiciera implacable
Quema mi alma con las palabras muertas
Victimas de mi propia arrogancia.
Palabras culpables vuelvan a mí
Vuelvan a mí para torturarme
Vuelvan después de muertas Impregnadas de su sangre
Cargadas de hiel, convertidas en ciertas.
Quiero la pena de la inocencia que purga condena
Que aun festeja su libertad desde su vana fantasía
Realidad y tumba hecha de miserables mentiras
Palabras muertas bajo el filo de mi hipocresía.
IVAN CASTRO
29-01-2011