El universo es angosto
En un sueño de luces azules y rojas
Que viajan hacia el infinito
Y desaparecen en la oscuridad de mis
secretos.
Solo algunas se funden con los astros
Y trascienden el tiempo persistente
Trazando el camino con su difusa estela
sonora
Apenas perceptible como el mantra de un
recuerdo.
Mi alma descansa en su suave canto
Una cálida lluvia de amor violeta
Cierro mis ojos para ver a través de mis
manos
La tristeza como un mar hermosura.
Ingrávido, suspendido en mis
pensamientos,
Electrizados por una fuerza
incomprensible,
Desconocida y de la que soy parte.
Mi cuerpo se vuelve invisible.
Mis partículas no existen
Tampoco mis habituales sentidos
Nada explica mi forma sin dimensiones
Es solo la razón de ser sin existir.
Iván
castro
09-01-2015