A veces te extraño
Es casi todo el tiempo
buscando tú fantasma en el vacío
en este agujero oscuro de latidos sombríos,
que se consumen entre sí
devorándose la piel de su sonido.
Tu figura confusa nunca estuvo clara
No sabía si eras parte de mi alma o el rocío de la mañana
Si eras la llama que calentaba mi voz o su ceniza que la ahogaba
Aun así, te amaba, a pesar de todo y de ti, ¡te amaba!
Eras esa gota de mí que me faltaba
Llegaste con la lluvia que caía
Y bebí de ti y acaricié tu piel con mis manos polvorientas
Cerré mis ojos y pude sentir que sanabas mis heridas
en una simple gota llegaste alma mía
un domingo en la mañana
cuando la esperanza eras más fría.
Hoy llueven en mi corazón aquellas nostálgicas gotas.
Pues aún tengo tu aroma en el aire y tu sabor en mi boca
Y temo olvidarte, por ahora vienes y te vas en el tiempo
que se agota
Aunque sé que se te irás con el viento confundida entre
hojas rotas.
Una vez más te alejas, te ocultas en la bruma
He quedado olvidado como un recuerdo que se arruma
Y regresa de nuevo el polvo, depositándose en mis ojos
tan solo dos agujeros llenos de sueños rotos.
Bastará el azar, de una llovizna oportuna
un viento que te traiga, que despeje la bruma
Que limpie mis ojos y lave mis manos
y encontrarte nuevamente en la lluvia
justo donde empezamos.
Iván Mauricio Castro Rincón
05/09/2023